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La principal causa de los incendios en el hogar son los niños que juegan con fósforos, o con encendedores, y por la cual con frecuencia los niños y otras personas presentes resultan lesionados. Los niños tienen curiosidad natural acerca del fuego y les tienta jugar con los fósforos o encendedores que están a su alcance. En muchos casos, los niños que provocan incendios tienen antecedentes previos de haber causado incendios. Muchos departamentos de bomberos tienen programas de asesoramiento para los jóvenes que provocan incendios. Si su niño está provocando incendios usted debe contactar a su departamento de bomberos para buscar asesoramiento, antes de que la situación sea incontrolable y su niño resulte lesionado. Sin embargo, lo más importante que usted debe hacer es mantener los fósforos y encendedores fuera de la vista y del alcance de los niños. Guárdelos en un lugar alto, preferiblemente en un gabinete con llave.
Aun cuando tienen curiosidad por el fuego, los niños suelen asustarse y confundirse en caso de un incendio, y prefieren esconderse en vez de buscar un lugar seguro, especialmente si son ellos los que provocaron el incendio. Con frecuencia se encuentra a los niños escondidos en un ropero, o debajo de la cama, donde se sienten a salvo. Por lo tanto, es crucial para la seguridad de sus niños practicar ejercicios para casos de incendios en el hogar, por lo menos dos veces al año, para que practiquen los pasos correctos a tomar en caso de una emergencia por un incendio.
La ropa en llamas es una causa importante de las quemaduras entre los niños (y entre los adultos también). Ocurre porque la ropa se enciende cuando se acercan demasiado a las fuentes de calor, como son las fogatas, las estufas, o cuando juegan con fósforos o encendedores. Aquí también la mejor defensa es respetar el fuego y entrenarlos en lo que debe hacerse en caso de que la ropa comience a quemarse. La reacción natural es correr, lo que agravará la situación. Debe enseñárseles que lo correcto es FRENAR, BOTARSE AL SUELO Y RODAR, lo que ha salvado muchas vidas en casos de ropa en llamas. En el momento en que la ropa comienza a arder debe frenar en el sitio en que se halle, botarse al suelo, cubrirse la cara con las manos y rodar por el suelo muchas veces para apagar las llamas.
Por supuesto, los niños pequeños nunca deben dejarse solos en la casa. Incluso, si no juegan con fuego, los niños solos pueden provocar incendios accidentales al tratar de cocinar algo, o usar incorrectamente un calentador o un aparato eléctrico. Con demasiada frecuencia los incendios trágicos estallan cuando los niños quedan solos, incluso por breves periodos de tiempo.
La mayoría de los incendios en una vivienda ocurren en la cocina, mientras se cuecen los alimentos y son la principal causa de lesiones por fuego. Sin embargo, con frecuencia son extinguidos sin mayores daños, dado que generalmente hay una persona presente. La causa común de los incendios durante la noche es el descuido con las colillas de cigarrillos, chispas de las chimeneas sin pantallas de protección o puertas de cristal o por los aparatos de calefacción colocados demasiado cerca de los muebles u otros materiales inflamables. Esos incendios son particularmente peligrosos dado que pueden arder durante mucho tiempo antes de que los residentes se despierten.
La mayor parte de las víctimas de un incendio mueren por el humo y los gases venenosos, y no por las llamas. El incendio desprende gases venenosos que pueden expandirse rápidamente y lejos del lugar del incendio mismo, para cobrar víctimas cuando éstas duermen y ni siquiera se dan cuenta del incendio. Incluso, si los residentes de la casa se despiertan, los efectos de esos gases pueden confundirlos y retrasar sus reacciones, de manera que pueden impedir su escapatoria. Por esto es crucial para usted y su familia tener una alarma, para que todos puedan escapar oportunamente, antes de que su capacidad de pensar y de movilizarse se vea afectada. Además, más de la mitad de los incendios que cobran vidas en las viviendas ocurren mientras las personas duermen, --esto representa apenas un tercio de un día de 24 horas. Por lo tanto, cualquier sistema de protección contra los incendios debe ser capaz de proteger a las personas que están durmiendo en el dormitorio en el momento de estallar el incendio.
Es más, casi la mitad de las personas que mueren cada año a causa de un incendio en el hogar, son niños en edad preescolar o adultos de 65 años de edad o mayores. Si le sumamos a esto las personas con desventajas físicas, mentales o emocionales, queda claro que la protección de su vivienda contra los incendios debe estar diseñada para ayudar a las personas con limitaciones.
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